Jesús y los días finales

Jesús y los días finales
esperando que se arrepientan

sábado, 21 de agosto de 2010

Cristianos de los últimos tiempos

Cristianos oscilantes del Espíritu Santo


Veo a muchos de los cristianos de los últimos tiempos que una vez fueron amadores de Dios, encaminándose al naufragio por su obsesivo amor al placer. Aquellos que aman a Dios no encuentran placer ni en las drogas, ni en la relaciones sexuales ilícitas, ni en el alcohol, ni en el tabaco, ni en las obscenidades. Y el diablo sabe esto. La mayor parte de estos placeres carnales ofende al cristiano y causa repulsión en él. Veo a millares de cristianos sentados en teatros y cines y frente al televisor exponiéndose a influencias degradantes que antes aborrecían. Estos no se han entregado a ningún pecado en particular, pero se han acomodado muy bien a su afición a las películas picarescas, a las fiestas muy concurridas, a las reuniones sociales, y a saborear el vino. Estos cristianos aman a Dios realmente, pero aman todavía más sus placeres. En realidad no son pecadores delante de Dios — sólo desconocidos para él. Se han vuelto tan ocupados oscilando y procurando vivir una vida cristiana liberada y sin compromiso, que han cambiado drásticamente, sin saber en qué se han convertido.
El súbito rapto de los cristianos desde la tierra tomará a muchos de ellos desprevenidos. Se han vuelto callejeros socializados que están poco en casa y que no pueden encontrar una hora para hablar con Dios en una recamara aislada para oración.
Yo veo el pecado del fruto como el mal empleo del tiempo libre. Esto no tiene que ver nada con una oportunidad de pasarse unos días de vacaciones. No es el tiempo que se emplea en un viaje turístico por Europa o por Tierra Santa. No es una excursión de caza o de pesca. No son las horas pasadas cabalgando sobre la marejadas en un acuaplano, ni deslizándose sobre patines acuáticos, ni paseando en bote o a caballo. Todas estas cosas son lícitas y buenas en sí mismas. Yo estoy refiriéndome a todo el tiempo que se pierde. El tiempo que tiene uno para sí mismo, para elegir que hacer con él. Tiempo que pudiera ser empleado para leer la Palabra de Dios. Tiempo que pudiera pasarse en el cuarto secreto hablándole al Padre Celestial.

Veo a Satanás venir de nuevo para acusar al cristiano de lo últimos tiempos:

¡Mira al cristiano de estos últimos tiempos, enviciado con la televisión! Míralo – horas y horas dedicadas a las telenovelas, las series, deportes, noticias, programas nefastos de entretenimiento – pero no tiene tiempo para estar a solas con Dios.
Este cristiano desconecta a Dios con un interruptor. Va de caza, de pesca, de viaje, de compras, juega al tenis, golf , fútbol y al baloncesto. Va al cine y a las fiestas, y se ha vuelto callejero y social, pero no tiene tiempo para leer su Biblia u orar. ¿No es éste el cristiano de los últimos tiempos, que se supone que camine por la fe? ¿No es éste aquel cuya fe vencerá al mundo? ¿No es éste aquel que va a prepararse para los días de persecución y de caos mundial que vienen? ¿son estos cristianos buscaplaceres sobre los cuales el fin del mundo va a caer?

El mayor pecado del futuro contra Dios no el deshonrar el cuerpo, satisfacer la carne, ni siquiera blasfemar su Nombre. El pecado más grande contra Dios ahora es simplemente ignorarlo a él, en un día y una época en que él está llamando tan claramente. Veo una evolución irónica. Los cristianos de estos últimos tiempos, que viven tan cerca el retorno de Cristo que los primitivos cristianos, pasan el menor tiempo de todos en su presencia.
El mensaje del juicio que viene y del retorno de Jesucristo no será comprendido por tantos cristianos, por la misma razón que por el mensaje y la sentencia pendiente no penetraron hasta el corazón de la generación de Noé – porque estaban tan enamorados del placer de comprar, vender, plantar, casándose, divorciándose teniendo relaciones, etcétera.


Fragmento del libro La Visión de David Wilkerson, editorial VIDA

No hay comentarios:

Publicar un comentario